Sin título.

Tenías la intensidad de una llama,

tenías la gélida mano sobre la calefacción, en el salpicadero.

Tuviste fuego quemándote las llemas de los dedos.

Candor, Ardientes sueños.

Lo tuviste, lo perdiste, lo volviste a tener.

Bebiste sorbos dulces de su boca,

acariciaste suavemente palabras,

las tomaste como tuyas.

Eran para ti.

Soplaste lentamente, apagaste la vela.

Dejaste volar las cenizas,

quizás volaste muy lejos con ellas.

Tuviste otro calor de voz rasgada,

velas alumbrando el pasillo de entrada.

Te dejaste guiar por un camino pegajoso,

no saliste a tiempo, llegaste paseando a Paris.

Soltaste lastre, piedras en los bolsillos,

rozaste los destellos de las estrellas,

olvidaste que no son los besos los que hacen que sobrevivamos.

Y ahora ya no sabes cual es la llama intensa,

ya no sabes calentarte las manos en salpicaderos.

Ahora ya no te quemas con fuego,

ni ardes en sueños.

Ahora no hay sorbos dulces ni amargos en tu boca,

no hay más palabras para una loca.

Hay tan solo una pequeña hoguera,

que arde con arena,

y que cuando no llueve, quema.

Leyenda.

"Voy a volver a escribir otra vez pensando en ti,

lo dejarás pasar de largo una vez más.

Beberás hasta el último trago, como agua, de un tirón.

Y me llevarás a la luna regañándome, punzada en el corazón.

Hablarán de nosotros, se quemarán los labios con palabras,

nunca entienden nada. Y a mi me da igual.

Solo tú eres capaz de tocarme el alma,

tus secretos me los como yo.

Vamos a hacer leyenda como los Rolling Stone,

vamos rodando por las calles, aguantando el tirón.

Vamos a ser leyenda, aunque nadie lo entienda.

Nos hacemos viejos y nadie lo entenderá.

Y a mi no me importa,

tus secretos lentamente me los como yo."

Ella.

Me alegro, lo has encontrado. Lo que buscabas.
Yo seguiré vagando sin rumbo,
de la mano de la mejor compañía.
Seguirán escribiendo canciones que hablan de mi.
Tu seguirás en otra gran ciudad,
a otro nivel, asentado, acomodado.
Y cuando recibas estas líneas,
que no son más que una forma de expresar mis recuerdos,
vendrá ella a preguntarte qué lees tan atento.

Publicado en www.caveacultural.com

Inspírate.

El tipo del gorro y pelo plata lo dejó claro;
no soy nadie que pueda decir más que aquello que no sueles oir,
que nadie debería decidir por ti.
La naturaleza te envía al punto en el que debes estar,
no es filosofía, es garantía,
no busques, solo escucha el momento.
¡ZAS! ya ha pasado.
Como un suspiro.
Se sacó el sombrero y nos dio el último regalo,
gotas de vino para brindar a lo medieval.
Era un anticristo lleno de locura cuerda.
Rompiendo esquemas, moldes y dilemas.
¡Hazlo!

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