Puto mundo interior. Así empieza mi canción. Ya ves, yo tan segura de mi y mis convicciones. Tan segura de tu amor. Conseguimos lo que anhelamos, los sueños se cumplen. Ya estás en casa cuando llego de trabajar, cenamos en nuestros platos blancos y nos relajamos en nuestra bañera. Yo me sumerjo y aguanto la respiración. Busco aire. Y cuando salgo del agua, y la luz de las velas me alumbran me encuentro a solas con tu alma. Esa que vende amor. Yo sigo soñando con tus girasoles, están llenos de amor y frustración, llenos de calma, llenos de pasado que quema todavía. Sigue siendo mi amor tan fuerte como para pasar por alto mis valores. Esta historia tiene dos finales, uno feliz. Tierno, profundo como tu mirada. Y otro de bostezos y risas nerviosas, lleno de historias ocultas.
sábado, 12 de octubre de 2013
Dos finales.
Todos tenemos un pasado.
Me encanta ponerme melodramática, no lo puedo evitar. Tú ya me lo decías. ¿Sabes? los años han pasado y tenías razón, encontraría a alguien con quien ser feliz, pero te equivocabas en una cosa, no es alguien desconocido que aparece de la nada y me enamora sin pasado.También tenías razón en aquello de que el padrino es un peliculón, y vale, lo admito, te das ese aire con Mikel que siempre decías tener. El otro día vi la foto de un pulpo y no pude evitar hacer una mueca, recordando como decías una y otra vez; ¡mira, un pulpo! cuando pasábamos por aquella escultura de colores. Menos mal que ya no tengo que volver a la biblioteca porque en cada mesa del fondo a la derecha me imaginaba tus Eding rojo y verde y tus apuntes encuadernados esperándote a las 4 en punto de la tarde. Tenías razón, yo nunca supe lo que quería. Lo sé, porque aún ahora a veces sigo sin saberlo. Yo era un alma libre, alborotada, espontánea. La persona perfecta para disfrutar a tope el último año de carrera. Tú un clásico veterano, yo una nueva gloria. Sonrío cuando pienso que fui una chica codazo, si; tu amigo me contó como le golpeaste disimuladamente el primer día que me viste. Me pregunto si aún te entrarán ganas de dar codazos a tus amigos cuando una chica te parece guapa, aunque supongo que contendrás tus ganas, por respeto a la increíble mujer que te acompaña. Me pregunto si ella también te ha puesto un nuevo nombre cariñoso como el que yo había inventado para ti. Mis amigas aún me llaman por el que tú inventaste. Me pregunto si aún sigues pensando que si supieras tocar la guitarra serías un crack, y si aún no has vuelto a escuchar a Quique González porque empezó a parecerte un llorón. Me pregunto si sigues dejando un hueco para el postre después de cada comida. Se me pasa por la cabeza si sigues pensando que el inglés se te da fatal y que Aterriza Como Puedas es la mejor película de la historia, después de La Princesa Prometida. Y me pregunto si aún crees que no hay nada mejor que dormir haciendo la cucharita.
Todos tenemos un pasado.
Escrito el 12 de Octubre de 2013.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)