Atrás quedan abriles de muchas primaveras; rebelión frontal en la locura, coraje inconsciente. Esa alma que canta versos vestida de sentimientos; soñadora incansable de vuelos inescrutables. "Torea, amiga, cada mañana de buenos días".
Y ella se viste de luces, de bambú adaptado al barro y agua, deshaciendo el drama y el temor sesgado; dulce fatiga, resistencia pasiva. Y le digo "Quiero ver tu sombra en el camino andado, chiquilla", y ella me regala la mejor de sus sonrisas. "Quimera, que ni el viento logre moverte". Buenos días, amiga.
Escrito por F.
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