domingo, 11 de marzo de 2012

Vértigo.


Que se pare el tiempo. No me importa quedarme así. Ya no quiero dejar atrás más tardes de café con mis amigas. Ni más noches embadurnadas en alcohol. No quiero volver a mirar atrás y dejar más amor en la facultad. Ni más vacíos sin besos y abrazos mañaneros. No quiero tener más responsabilidades que pagar mis caprichos. Que el mundo por recorrer puedo hacerlo ahora. No quiero más velas sin las sonrisas que me acompañaron a soplar las anteriores. Que nadie me diga que me sientan bien los años.
Solo quiero caminar por el paseo de la playa, recordando tu sonrisa, y tus pestañas. Y esa forma de hablar que hace que yo ría. Solo quiero tumbarme en la orilla, sin toalla y sin sol, y oír las olas rozándonos mientras tú me cuentas tus planes de futuro. En los que ya no quepo.
Quiero que aquel sueño de un año, lleno de pasta, papel y ciudades medievales llenas de bicicletas y palabras al viento no deje nunca de emocionarme. Y quiero que mis problemas sean siempre estos, tan dolorosos como amenos. Simples y suaves, rozan, hacen daño y después se van…
No quiero pasear por la Calle Real dentro de equis años y verte más viejo y más serio, con corbata y ojeras. Quiero recordarte con tu camisa, o sin ella, y gastando chistes de tío simple.

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