domingo, 11 de marzo de 2012

La calma.

"Llegados a este punto solitario de la noche vale la pena preguntar qué es todo. Hace poco más de una primavera todo nos parecía muy poco, nada. Los días pasaban tan completos como fugaces. Sonreías y me besabas convencido. Recuerdo una noche en un pueblo con mar, donde nos compramos promesas. Tu bebías un trago mientras me mirabas, y yo posaba para ti. Te he echado de menos muchas noches, imaginaba que estabas a mi lado, riéndote, besándome, y contándome chistes malos mientras yo me volvía niña canelón. A veces creo que has olvidado muy rápido aquellos días. Mi caballo no fue tan veloz.
Desde el día que decidimos disfrutar nuestra semana supimos que la historia tenía un final. Aunque siempre nos consolábamos con aquella hoja desordenada. Nos saltamos una y otra vez las reglas de nuestro juego, y la distancia ganó la partida. Si pudiera volver atrás cambiaría mil cosas, y lo haría mejor. Pero tal vez ya no seríamos nosotros.
Dicen que después de la tormenta llega la calma. Y por eso te llevo conmigo."

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